domingo, 30 de enero de 2011

¿EL AMOR PUEDE ACABARSE?

 “A Prueba de Fuego” exitosa película de los hermanos Alex y Stephen Kendrick, muestra una escena donde un anciano padre trata de aconsejar a su hijo (Caleb) acerca de qué hacer y cómo hacer para restaurar su matrimonio ya que la relación estaba muy dañada y ambos estaban al borde del divorcio. Su hijo, por supuesto, no estaba dispuesto a tomar la iniciativa de comenzar la restauración. A menudo responsabilizamos a  otras personas de las circunstancias negativas o dolorosas que nos pasan, eso le pasaba también a Caleb pues pensaba que la única responsable de esa situación era su esposa.
En medio de la discusión Caleb replica a su padre:
“¿Cómo es posible que se pueda amar a alguien, una y otra vez, cuando siempre, siempre, siempre no hace más que rechazarte?”
Su padre, recostado sobre el madero de una cruz, le dijo: “Interesante pregunta…”, “La respuesta es: No puedes amarla, porque no puedes dar lo que no tienes…”



Allí Caleb se dio cuenta de que sólo el amor de Dios es capaz de amar en esa manera tan profunda, y es Dios mismo quien desea tanto poner esa dimensión de amor en el corazón del hombre para poder amar de la misma forma que Él ama.
El amor no se trata de una recompensa, el amor es una decisión consciente de amar al alguien se lo merezca o no.
Cuando Dios dice “Ama…”, no espera a que nazca el sentimiento de amar para que recién decidas hacerlo, el amor, así como el perdón, es un mandato de Dios, y es una decisión consciente por parte tuya. Se ama porque se ama, no hay una razón para hacerlo.
Es difícil demostrar amor cuando sientes poca o ninguna motivación. Sin embargo, el amor en esencia no se fundamenta en los sentimientos sino en la decisión consciente de hacer actos considerados aunque parezca que no haya ninguna recompensa.



Si queremos volver a experimentar el sentimiento de amor intenso, aún más profundo que la “etapa inicial de enamoramiento”, entonces debemos aprender a amar no con un amor basado en qué es lo que sientes, sino en la capacidad de tomar la decisión de amar. Si amas por obediencia a Dios y por la simple decisión de entregar lo mejor de ti de manera sincera, entonces el sentimiento del amor llegará a tu corazón. Las emociones, las sensaciones y los sentimientos son meras consecuencias de una decisión genuina de amar.
En tus momentos de intimidad con Dios pídele que su amor sea derramado en tu corazón para que aprendas a amar como Él lo hace. El amor jamás se perderá… Dios te bendiga.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca dejar de ser...” (1ª Cor.13:4-8).

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